Lengua de Signos: la gran olvidada.

A propósito de tratar el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas en clase, he percibido que sólo se hace mención a las lenguas orales, sin embargo, no debemos olvidar que existen otro tipo de lenguas que conviven con las lenguas orales, las viso-gestuales, y, en el caso de España, la Lengua de Signos Española también cuenta con una propuesta de adaptación al MCER.


Las LSs no han sido objetivo de estudio científico hasta mediados del siglo XX. El primer análisis lingüístico moderno sobre esta lengua fue realizado en los Países Bajos en el año 1956 por Bernand Tervoot, aunque el primer estudio de la LS como lengua propia de las personas sordas, de carácter riguroso y descriptivo tuvo lugar en 1960, cuando William Stokoe publicó su investigación Sign language structure: An outlineof the visual comunicationsystems of the American deaf en donde el autor confirmó que la Lengua de Signos Americana (ASL) cumplía con las características de articulación y arbitrariedad, propias de los sistemas de signos lingüísticos. Asimismo, argumentó por primera vez que los signos tenían una estructura y se podían dividir en partes más pequeñas, contrariamente a lo que se defendía en la época, en la que se tenía la creencia de que un signo era un todo y no se podía dividir en unidades más pequeñas. La repercusión que supuso esta teoría fue muy importante, especialmente porque equiparaba los cambios de fonemas de una palabra de las lenguas orales, lo que provoca que existan dos palabras diferentes (ej.: mesa-pesa), a los cambios de parámetros de los signos, de los cuales se obtiene el mismo resultado. Esto es lo que se conoce fonológicamente como pares mínimos de oposición.
Sin embargo, en España no se realizó ninguna investigación hasta 1992, año en el que se dio a conocer el primer estudio descriptivo de la LSE, la tesis defendida por Mª Ángeles Rodríguez. Gracias a esta breve introducción a través de la historia de los estudios científicos sobre las LSs, tanto a nivel global, como en España a través de una pequeña mención, podemos afirmar que las lenguas de signos, al igual que las lenguas orales, pueden ser analizadas por medio de unos niveles de análisis, establecidos por los y las lingüistas de todo el mundo.

Desde que se empezaron a estudiar las lenguas de signos de una manera científica y rigurosa, estas, como ya se ha comentado anteriormente, han pasado de ser lenguas restringidas, utilizadas solamente en el ámbito familiar, y desprestigiadas socialmente, a estar presentes en todos los ámbitos de la vida, desde los medios de comunicación hasta en la enseñanza, gracias, precisamente, a investigaciones realizadas en diferentes países cuyo propósito era estudiar todos los aspectos formales de las lenguas de signos, así como otorgarles, al mismo tiempo, el estatus de lenguas naturales, tal y como las lenguas orales. Esta creciente presencia en la sociedad ha llevado a muchas personas oyentes a interesarse por las lenguas de signos y estudiarlas por muchas y diversas razones. Debido a la afluencia de personas oyentes a aulas de y en lenguas de signos, lo que se traduce en más aprendientes de LSs, se ha visto la necesidad de establecer un currículo básico adaptado para la LSE para los diferentes niveles establecidos en el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas (MECR) En las propuestas curriculares que se expondrán a continuación aparecen los objetivos generales y específicos que debe conseguir el alumnado en cada nivel, así como los contenidos gramaticales, léxicos, socioculturales y pragmáticos.

En España, la institución encargada de la realización de las propuestas curriculares de la LSE al MECR es la Fundación de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), organización estatal que impulsa la investigación y el estudio de la lengua de signos española.  Esta fundación ha creado tres propuestas curriculares, adaptadas al MCER, para poder regular, de alguna manera, la enseñanza de la LSE a los oyentes y sordos interesados en aprender esta lengua. Las propuestas curriculares abarcan del nivel A1 hasta el B2, juntando los niveles A1 y A2 en una misma propuesta curricular y separando los niveles B1 y B2.


Debido a que un análisis extensivo de las diferentes propuestas curriculares no es posible en una entrada de blog, me centraré en analizar algunos aspectos que, en mi opinión son deficientes en los niveles A1 y A2.


Si echamos un vistazo al documento online que he introducido en este post, podremos observar que los contenidos fijados no corresponden con lo que realmente se llega a ver en las aulas de LSE, sea por falta de tiempo o sea porque el alumnado necesita otro tipo de tiempos, comparado con las lenguas orales, para asimilar su modalidad viso-gestual, sus particularidades fonológicas y léxicas, sobre todo. Algunos contenidos, como en el apartado pragmático, en el que se incluye, por ejemplo: pedir un objeto o ayuda de forma atenuada, no se pueden realizar en un nivel A1 de lengua de signos. Si observamos todos los contenidos especificados por esta propuesta curricular, vemos que la gran mayoría se centra en contenidos léxicos, sin apenas centrarse en la importancia de la fonología o sin mencionar, siquiera, aspectos fonéticos. Asimismo, considero necesario que se incluyan explicaciones, aunque sean breves, de sistemas de escritura. Soy consciente de que añadiéndolos a los contenidos se necesitaría una explicación más en profundidad de la fonología, pero considero que gracias a su explicación más rigurosa y proporcionándole información sobre sistemas de escritura podrían tomar apuntes y fijar a largo plazo el vocabulario, centrándose más en aprender nuevo vocabulario y no en recordar cuales eran los parámetros de cualquier signo, dificultando con ello la comunicación.


Comentarios

  1. Hola Adrián!
    Me parece muy importante esto que planteas y, de paso, un error grave que no se tenga en cuenta a la Lengua de Signos en el MCER, pues al final convive en nuestro mismo espacio y debería tener la misma consideración que el resto de lenguas orales.
    Como estudiante de LSE, respaldo completamente tu visión de las deficiencias de la propuesta curricular, en ese sentido no tengo mucho que añadir.
    En mi opinión, es urgente atender a este sector de la sociedad que se siente apartado e invisible,
    necesitado de integración real y efectiva. La solución pasa por la presencia de intérpretes de LSE en todas las instituciones, en todos los ámbitos de la sociedad, algo que ya de por sí les daría el reconocimiento social del que carecen, dado que la exposición y la visibilidad reducen el desconocimiento y esto les daría poder para exigir mejores condiciones en todos los sentidos: de trabajo, de reconocimiento de su lengua y tener un espacio realmente propio en la sociedad.
    Un saludo!
    Xiana

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